Internet de las cosas (Internet of Things ó IoT) es un concepto creado por Kevin Ashton, que se refiere a un ecosistema en el que los objetos cotidianos están interconectados a través de Internet.
Para un usuario promedio el Internet sigue siendo un concepto asociado a la idea de los ordenadores interconectados, y así era en el pasado, incluso a principios del siglo. Sin embargo se están produciendo avances importantes que ya están cambiando este concepto. Cada vez son más los dispositivos y máquinas conectadas al Internet y cada vez ganan más independencia.
Potencial escondido en datos
El nombre «Internet de las cosas» puede crear confusión, ya que realmente no se refiere a las cosas en sí, sino a los datos que se podrían obtener gracias a la conexión de las cosas con Internet. Dicho en otras palabras, el potencial que esconden estos datos.
Gracias al sistema RFID (siglas de Radio Frequency Identification, es decir, «identificación por radiofrecuencia»), bastará con integrar un chip de pocos milímetros en cualquier objeto del hogar, del trabajo o de la ciudad para poder procesar y transmitir información a partir de él, constantemente.
¿SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL?
El objetivo final de IoT sería hacernos la vida más fácil a los humanos, ya que las cosas interconectadas podrían comunicarse no sólo con nosotros, sino también entre sí, facilitando la información necesaria sin tener que interferir nosotros y agilizando así las tareas cotidianas. El listado de posibles aplicaciones es interminable, estos son algunos ejemplos destacados para el uso de Internet de las Cosas en el futuro más próximo:
1.- Hogar inteligente o la casa de mañana.
La automatización del hogar ya no es sólo una fantasía sobre un futuro lejano. El frigorífico inteligente que controla la caducidad de los productos, sugiere las recetas, o incluso puede hacer la compra de los productos que se agotan por Internet ya es una realidad. En poco tiempo la domótica permitirá controlar desde cualquier dispositivo electrónico el funcionamiento del hogar:
2.- Smart city o ciudad inteligente.
Este concepto smart city significa el desarrollo de la infraestructura urbana apoyada en las nuevas tecnologías, desarrollo sostenible y mejor gestión de los recursos disponibles que tiene como objetivo un aumento de calidad de vida de sus ciudadanos:
Cabe mencionar que en este caso no sólo se trata de algo deseable, sino necesario, ya que según las previsiones en los próximos 30 años la mayoría de la población mundial vivirá en las ciudades, lo que implicaría una serie de cuestiones difíciles de ignorar, como la seguridad, el tráfico urbano, las emisiones de CO2, atención médica o aprovisionamiento de bienes y materias primas.
3.- Salud y bienestar.
La conexión de los sistemas sanitarios con los aparatos médicos optimizarían el flujo de la información, permitiendo personalizar la experiencia del paciente, e incluso hacer posible un cuidado remoto mejorando así su calidad de vida. Puede que este avance tarde más tiempo en llegar, ya que supone una gran inversión. En cambio los productos de cuidado personal inteligentes, como cepillos eléctricos con conexión vía Bluetooth o dispositivos que registran la actividad física en tiempo real ya son una tendencia.
4.- Educación del futuro.
La aplicación de los avances de IoT facilitaría un aprendizaje más eficiente, permitiría estudiar desde cualquier sitio a través de la educación digital y ayudaría a la investigación.
5.- Industria y manufactura inteligente.
La automatización de la producción será posible gracias al control remoto de la cadena de producción y aplicación de los robots ensambladores. Es podría facilitar las tareas de mantenimiento, gestión de los activos de producción y responder de forma más rápida a la demanda de los productos fabricados.
Estas son tan sólo algunas propuestas para el uso de Internet de las Cosas, sin embargo existen muchos más sectores, como financiero, energético, digital, transporte o control medioambiental, donde IoT en los próximos años se volverá imprescindible.
La pregunta no es si llegará, sino cuándo.
De momento existe un cierto grado de desconfianza y preocupación por el control que podría suponer este avance, sin embargo el futuro se está acercando cada vez más, a paso tranquilo, pero constante.
Según el Ministerio Industria, Energía y Turismo, la Industria 4.0 y los últimos desarrollos tecnológicos nos cautivan ante la promesa de impulsar la competitividad del tejido industrial español. Sin embargo, para un total aprovechamiento de este nuevo escenario es necesario analizar la oportunidades reales y los retos a los que nos enfrentamos en la Industria 4.0:
RETOS Y OPORTUNIDADES
Asimismo, además de estos retos y oportunidades, debemos tener en cuenta que el uso de sistemas de comunicación estandarizados y de aplicación a otros ámbitos incrementa la exposición de amenazas de ciberseguridad. Por este motivo, debemos contar con sistemas y redes más robustas y seguras.
Por último, debemos destacar que la mayor dificultad no está en los aspectos tecnológicos sino en la gestión adecuada en el cambio de modelo. Construir capacidades que nos permitan aprovechar al máximo las nuevas oportunidades que nos brinda la Industria 4.0.
La industria 4.0 (I2.0) se trata de una nueva revolución industrial de base tecnológica que constituye una nueva forma de organización y gestión de la cadena de valor de la industria. Esta industria 4.0, también denominada Industria Inteligente, Smart-indrustries, Futurprod, entre otras acepciones más, viene determinada por: la transformación digital y la introducción de la tecnología digital en un amplio número de fábricas inteligentes capaces de adaptarse a las necesidades y procesos de producción, con una mayor flexibilidad e individualización. Este cambio tecnológico, permite vincular el mundo físico al virtual para hacer de la industria una industria inteligente.
¿Qué engloba esta ciber-industria del futuro? ¿Cuáles son sus bases tecnológicas?
Por último, se debe destacar que el factor humano sigue siendo esencial en esta I4.0 sin quedar despojado por la innovación tecnológica. La I4.0 aboga por el papel fundamental de las personas en la cadena de producción. Éstos pasan a ser parte de la cadena de valor de la empresa, siendo proactivas y participando en la toma de decisiones. Las personas serán las encargadas de conceptualizar y diseñar el producto y decidirán la forma en la que se va a realizar su producción. En términos generales, tendrán que seleccionar el modelo de producción e implementarlo.
La industria 4.0 en España
En julio de 2015, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo anunciaba el lanzamiento de la iniciativa Industria Conectada 4.0, un proyecto púbico-privado para impulsar la transformación digital de la industria española y en el que participan Banco Santander, Telefónica e Indra. La misión de este plan es la definición de una estrategia para la digitalización de la industria y cuyas cuatro líneas maestras de actuación son:
Según la página web del Ministerio de Industria,
«la implementación de estas líneas de actuación se orquestará en un futuro mediante un modelo de gobernanza, para el que se definen unos órganos de nueva creación y sus principales responsabilidades. La mayoría de estos órganos incluirá una representación de los principales agentes involucrados: organismos públicos centrales y locales, empresas industriales y tecnológicas y asociaciones, centros de investigación y enseñanza, agentes sociales, y expertos de la Industria 4.0.” (Ver fuente)